Barosse, un viaje por los sentidos

En Barosse se pretende que el visitante disfrute de experiencias únicas con su pareja o amigos. Para ello, José y Gustavo están a la entera disposición de sus huéspedes para poder personalizar la estancia al máximo. El hotel cuenta con exclusivas habitaciones, todas ellas decoradas con mimo y distintas entre sí. La Herrería invita a un mundo de cuento de hadas. El dulce aroma de las flores frescas, la delicada y elegante decoración, los vaporosos doseles de la cama, y el aire puro pirenaico que se respira desde su balcón con vistas harán que los huéspedes se sientan protagonistas de una particular historia palaciega. La Ermita está inspirada en la antigua ermita de Barós, es una acogedora casita independiente situada en el jardín trasero de Barosse. Aquí, la cuidada decoración, la gran bañera de hidromasaje y la luz del fuego crepitando en su chimenea privada ayudarán a disfrutar de momentos únicos. La pasión se desata en El Pozo. Vestida de rojo intenso en su pared principal, el ambiente íntimo, el fragante aroma a flores frescas y su delicada decoración despiertan los arrebatados instintos de sus ocupantes. La iglesia de Barós, paradigma del románico lombardo tan propio de esta región, inspira la junior suite tipo dúplex Iglesia, que combina un coqueto salón en la planta baja, de vivos colores, decoración clásica y elegante, y balcón con vistas pirenaicas, con un magnífico dormitorio abuhardillado en la planta superior, con el gran ojo de buey que crea un clima cálido y reposado. Nada hay comparable como entrar en La Fuente. Tras sus puertas, la calidez de sentirse como en casa a la luz del fuego de la chimenea, que acaricia sus recios muros de piedra.