Tierra roja

La vivienda preexistente estaba formada por una edificación principal, situada en el centro de la parcela, con una distribución interior muy fragmentada, y dos pequeñas edificaciones auxiliares, situadas a lo largo del lindero norte. Todas ellas de escasa calidad constructiva, con una envolvente térmica y unas instalaciones poco eficientes y sin cualidades arquitectónicas relevantes. Además, la vivienda se elevaba, respecto al nivel del jardín, y únicamente contaba con una puerta de acceso, renunciando a la relación con el espacio exterior. Al mismo tiempo, el muro de cierre de la parcela, coronado por una potente valla, negaba la relación visual con el paisaje. Por último, el espacio exterior estaba dominado por multitud de árboles frutales que lo constreñían, condicionando su uso. El proyecto de rehabilitación propone la ampliación y redistribución interior de la vivienda, para adecuarla al nuevo programa y generar una planta más abierta, con espacios de mayor calidad. Para ello se unifican las edificaciones preexistentes mediante un volumen que acoge el comedor y articula la circulación interior, se genera un espacio principal de estar-cocina y se habilitan cuatro dormitorios, todos ellos con baño en suite. Para los acabados interiores, se seleccionan materiales sencillos y honestos, que, al mismo tiempo, aportan carácter, priorizando los de producción sostenible. Así, en los suelos se aplica un revestimiento de terrazo continuo, ejecutado con áridos reciclados. En las paredes se aplica un mortero de cal y los techos se pintan con pintura al silicato, evitando la presencia de componentes químicos. La presencia de madera en las carpinterías exteriores, las puertas y buena parte de los elementos de mobiliario, aporta calidez sin alterar la armonía del conjunto. En los cuartos de baño, destacan la calidez que aportan las encimeras de terrazo, hechas a medida por Huguet Mallorca, el diseño de las griferías de Icónico y las luminarias de Contain. El espacio exterior se considera la piedra angular del proyecto. Así, se potencia la relación entre el interior y el exterior, sustituyendo las ventanas preexistentes por puertas generando un itinerario perimetral, al nivel del interior de la vivienda, pavimentado con adoquines de ladrillo que evocan los tonos rojizos de la tierra de los viñedos de la Rioja Alavesa, que dan nombre al alojamiento. La terraza principal, situada junto a la sala de estar y la cocina, está dotada de una pérgola en la que resguardarse del sol los días más calurosos del verano; cuenta con cocina exterior, dotada de barbacoa, junto a las pequeñas terrazas de cada uno de los dormitorios, y con una amplia terraza común situada junto a la piscina de agua salada. Para minimizar el impacto medioambiental de la piscina, se instala un sistema de tratamiento de agua por electrólisis salina. De esta forma, se prescinde del uso de productos como el cloro, altamente contaminante y muy agresivo con la piel de los usuarios. Además, permite mantener limpia el agua de la piscina a lo largo de todo el año, sin necesidad de vaciarla periódicamente, evitando malgastar un bien tan escaso. Para el vaso de la piscina se ha utilizado chukum, un revestimiento continuo, basado en antiguas técnicas mayas, que utiliza la resina del árbol del mismo nombre. El color beige genera un agua de tono turquesa que invita a darse un chapuzón. En cuanto a la intervención en las fachadas, se prescinde de revestimientos y elementos ornamentales degradantes, aflorando las texturas de los materiales que componen los muros de fachada y se aplica un acabado de corcho proyectado en tonos tierra, propios de la arquitectura local. Este revestimiento mejora el aislamiento térmico y uniformiza el conjunto formado por las diferentes edificaciones, dotándolo de una imagen sencilla salpicada por las carpinterías exteriores de madera y las persianas enrollables de madera.